El estudio de otro idioma también es importante para la salud mental del ser humano. El simple aprendizaje fomenta la memoria y la capacidad de raciocinio del cerebro, la concentración y el refuerzo mental.
Los beneficios del bilingüismo pueden comenzar en el útero, según estudios dirigidos por científicos de la Universidad de British Columbia, Canadá[1], que demuestran también que los bebés expuestos a dos idiomas en el vientre materno, no confunden sus idiomas desde el nacimiento.
Y las ventajas del bilingüismo en el envejecimiento del que hablaremos más adelante, pueden establecerse desde aquellos primeros días de la vida en bebés que deben mantener los dos idiomas separados. El entrenamiento mental que requiere mantener dos idiomas alternamente puede crear una “vigilancia sensorial reforzada” que tiene beneficios para toda la vida, afirman los científicos. Ellos saben que los adultos jóvenes bilingües y los niños realizan mejor las tareas que dicta el sistema de control ejecutivo del cerebro y obtienen mejores resultados en la velocidad de asimilación entre dos o más tareas mentales. Los niños que practican dos idiomas durante la infancia pueden cambiar la forma en que el cerebro funciona, aumentando las habilidades de concentración, flexibilidad y capacidad de resolver problemas. Confirmado, los que han nacido en el bilingüismo, lo tienen más fácil.
Recientes estudios revelan que las ventajas del bilingüismo persisten en la edad madura, incluso cuando la agudeza natural del cerebro se reduce. Aunque comiences a aprender el segundo idioma en la edad madura, todavía así puedes ayudar a evitar la demencia. Está demostrado que hablar otro idioma mejora el funcionamiento de tu cerebro, disminuye las probabilidades de adquirir la enfermedad de Alzheimer y mejora la percepción del ser humano. Es una forma de mantener el cerebro activo; es parte del enfoque de reserva cognitiva para el fitness cerebral.
Un equipo de investigadores del hospital San Raffaele de Milan (Italia)[2] ha demostrado que esta temida enfermedad aparece mucho más tarde en personas que hablan al menos dos idiomas y que, en caso de acabar sufriéndola, también son menores sus síntomas. El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa incurable y terminal, que aparece normalmente en personas mayores de 65 años de edad.
Los científicos se centraron en la enfermedad asociada a su expresión en pacientes que hablaban dos o más idiomas, identificando las bases neurológicas por las que el cerebro de las personas bilingües consigue compensar, gracias a esta habilidad, el daño que ella ocasiona.
Los resultados del estudio italiano demostraron que las personas que hablaban dos idiomas tenían una gran reserva cerebral que frenaba el progreso de la enfermedad; hablar dos idiomas alejaba la enfermedad al menos 5 años y otorgaba una mejor capacidad para reconocer lugares y rostros, lo que evidencia una mejoría en los síntomas propios del Alzheimer. La explicación se debería a que los individuos suelen ejercitar sus cerebros en formas como sus pares monolingües no lo hacen.
Pero no sirve simplemente conocer dos idiomas o más. El uso que se haga de los mismos también influye en la posibilidad de ponerle freno a la enfermedad de Alzheimer:
«Cuanto más se utilizan las dos lenguas, mayor es el nivel de los efectos en el cerebro y mejor es el rendimiento. La cuestión no es tanto conocer dos lenguas, sino usarlas constantemente de una manera activa, y durante toda la vida», declaran los científicos.
En resumen, el habla de otro idioma es importante tanto en el ámbito profesional, como en el personal y de salud, y por ello debería de considerarse una práctica imprescindible en la sociedad actual.
[1] Neuropsychologia, 2018
[2] The impact of bilingualism on brain reserve and metabolic connectivity in Alzheimer’s dementia.
Olga Lucía Ibagón Barreto
Directora General Instituto YES